Pureza sexual
September 25, 2021 / Brian T. Anderson / Vineyard Church North PhoenixClaves para tener una vida exitosa
Pureza sexual
I. Introducción
A. Cómo mantener la pureza moral
1. Comprometerse con el estándar de autoridad de
2. Tomar el control de mis en mi vida
3. Monitorear cuidadosamente mi consumo de los medios
4. Minimizar las oportunidades de
II. Dos cosas más que te ayudarán a mantenerte moralmente puro
A. en tu
1. Eclesiastés 9:9a (NBLA) Goza de la vida con la mujer que amas todos los días de tu vida fugaz..
2. Los hombres tienden a ser ““.
3. “El afecto de manera no .”
4. I Corintios 7:3-5a (NTV) 3El esposo debe satisfacer las necesidades sexuales de su esposa, y la esposa debe satisfacer las necesidades sexuales de su marido. 4 La esposa le da la autoridad sobre su cuerpo a su marido, y el esposo le da la autoridad sobre su cuerpo a su esposa. 5 No se priven el uno al otro de tener relaciones sexuales.
5. Sugerencias para mantener tu “fuego sexual” encendido:
a. Mantén un compromiso al a pesar de todas las
b. Mantente arreglado y en
c. Sigue todos los días
d. Mantenlo
i. En la Biblia ¡Dios dice que cualquier cosa que valga la pena hacer, necesitas !
e. Mantén el sexo
B. las consecuencias del sexual
1. ¡Nada daña más las de una persona que el pecado sexual!
2. ¡El pecado sexual deja !
3. Proverbios 6:32 (NBLA) El que comete adulterio no tiene entendimiento; El que lo hace destruye su alma.
4. ¿Por qué debes ser fiel en tu matrimonio?
a. Amo a .
i. Juan 14:15 (NBLA) “Si ustedes me aman, guardarán Mis mandamientos.”
b. Amo a mi y amo a mis .
c. Temo el de .
i. Hebreos 13:4 (NBLA) Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin deshonra, porque a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios.
5. “Todos son bienvenidos. Nadie es . ¡Y todo es posible!”
III. La manera de regresar a la pureza sexual
A.
B. el de Dios
1. I Juan 1:9 (NBLA) Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad
C. Hacer un nuevo de vivir sexualmente
D. Pídele a Dios que te
IV. Conclusión